Reto Módulo 4: ¿Qué puedo hacer yo?
Introspección
Después
de cuatro semanas sumergida en la experiencia de aprendizaje dinamizado
“Fundamentos sobre la igualdad de trato y la no discriminación”, llegamos al
cuarto reto con este ejercicio de introspección en el que debemos preguntarnos
¿qué podemos hacer cada una de las personas, desde nuestra posición como
empleadas o empleados públicos, para impulsar la igualdad de trato y la no
discriminación?
Sin
lugar a dudas, podemos afirmar que la mayoría de nosotros estamos en unos
niveles de responsabilidad que no son determinantes a la hora de redactar,
implantar o evaluar políticas públicas destinadas a impulsar la igualdad de
trato y la no discriminación. No obstante, también debemos aceptar el hecho de
que nuestro desempeño, en el día a día, puede contribuir a que las
organizaciones en las que trabajamos sean más igualitarias e inclusivas.
En primer
lugar,
debemos mantener actualizada nuestra formación
relativa al tema del presente curso, ya que:
1.
Por un lado, se trata de una materia transversal a la función
pública, puesto que en el artículo 53.1 del Real Decreto Legislativo 5/2015, de
30 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Estatuto
Básico del Empleado Público, establece como primer principio ético que los
empleados públicos deberán respetar la Constitución y el resto de normas que
integran el ordenamiento jurídico lo que, tal y como se explicó en el primer
módulo del curso, incluye el principio de igualdad, el cual se consagra en la
Constitución Española como valor fundacional para el sistema jurídico-político
y así se recoge en el artículo 1 de la misma.
2.
Y, por otro lado, el artículo 54.8 del citado Real Decreto
Legislativo 5/2015 nos impone como código de conducta el mantener actualizada
nuestra formación y cualificación, lo que lógicamente debe incluir los
contenidos ya mencionados, puesto que estos deben suponer un aspecto nuclear de
nuestro desempeño.
Además
de lo anterior, a nivel personal, la formación nos dará un conocimiento que nos
permitirá advertir muchas realidades de las que no teníamos conciencia,
mejorando nuestras capacidades para el desempeño de nuestro puesto de trabajo
con una perspectiva de igualdad y diversidad.
En segundo
lugar,
debemos mejorar cada día en nuestro
comportamiento cotidiano, dentro y fuera del trabajo, procurando evitar
cualquier prejuicio o estereotipo y tratando con respeto a cada una de las
personas con las que tenemos que relacionarnos a lo largo de la jornada.
En
el caso del trato con los ciudadanos, debemos informarles sobre aquellas
materias o asuntos que tengan derecho a conocer, sea cual sea la condición de
dicho ciudadano, adaptando el medio y el mensaje a la persona a la que va
dirigida. En realidad no se trata de otra cuestión que el cumplir el principio
de conducta establecido en el artículo 54.4 del citado Real Decreto Legislativo
5/2015 pero dándole una dimensión inclusiva e igualitaria.
En tercer
lugar,
y para finalizar mi pequeña reflexión, debemos intentar participar en todas aquellas iniciativas de nuestras organizaciones
en las que se les da voz a las empleadas y los empleados públicos para
participar en la implantación de programas, políticas o planes, intentando
enriquecer dichos documentos con aportaciones sobre la igualdad, la equidad y
la diversidad.
En
definitiva, si bien la mayoría de nosotros no podremos ser decisivos en la
implantación y evaluación de las políticas públicas de igualdad de trato y no
discriminación, si las empleadas y empleados públicos nos empeñamos en mejorar
nuestra formación y aplicarla a nuestro desempeño diario, de acuerdo con lo
establecido en el Estatuto Básico del Empleado Público, seremos capaces de
poner en movimiento miles de pequeñas aportaciones que deberían ir, poco a
poco, impregnando la Administración.
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